domingo, 17 de agosto de 2008

GALAYOS – PEÑA DEL ÁGUILA: “La Luna” en libre y en artificial …. Quisiera ser tan alto como la luna, como la luna, como la luna…

Ya hace unos años, quizás 2 o 3, que embarcados en una escalada en la Berroqueras, divisamos desde las últimas reuniones, los movimientos armoniosos de un escalador probando la magnífica media luna de la vía más maravillosa de cuantas componen el Galayar: “La Luna”

Como nos íbamos a imaginar que eso años después, seríamos nosotros los que nos encontrásemos en esa misma situación. Pues caprichos del destino, de la vida o de lo que cada uno quiera pensar, este era nuestro primer objetivo del proyecto personal “Paredes del Mundo”.

La “Luna”, línea maestra que recorre la parte central de la gran pared de la Peña del Águila, con sus 150 metros y dificultades de hasta 7c+, era a priori un reto bastante grande como para poder imaginarnos, al menos, que lo intentaríamos.

Aunque nuestra primera opción para estos días estaba muy lejos, el mal tiempo reinante en el Naranjo de Bulnes, quiso que retomásemos la idea de ir a este rincón de Galayos. Tan alejado y poco visitado, que ya su acceso y la logística necesaria dan las primeras lecciones de humildad a los escaladores que pretendan conquistarlo.

Cuatro días teníamos por delante, después de cargar con nuestras pesadas mochilas, de nosecuantos kilos de peso.
Cuatro días para vivir nuestros sueños, soñar nuestras vidas y descubrir lo que dan de si los cuerpos.

Para entrar en calor, nada más llegar, optamos por escalar la “Sulayr”, magnífica vía de la que ya os hablaré en otro artículo. Y equipar el primer largo de la “Luna”, que escalamos en artifo, y así poder probarlo.

Dos pegues en polea, seguidos, y uno para encadenarla, le bastan a Javi para resolver el tramo clave de 7c+ del L1. Después de esta secuencia disfrutar hasta la reunión.

El paso del tiempo se pierde, y solo se van sucediendo los seguros, progresando por los pedales, preparando el tramo, y vuelta a empezar.

El L2 es precioso, recorrerlo es todo un deleite para los sentidos, un pegue en polea y otro de primero necesita Javi para encadenarlo. Ya solo nos queda uno.

El día amanece gris, demasiado gris, emprendemos el último largo con deseos de llegar a la cima, poco a poco, se superan los últimos metros y la cumbre esta servida.
El buen tiempo se agota, y decidimos obrar rápido, con lo que el encadenamiento tendrá que esperar, Javi sube en polea rápido. Este largo queda pendiente.

De vuelta a nuestro lujoso vivac, las cosas suceden rápido, la lluvia aparece poco a poco, recogemos las cosas y ya estamos de camino, con un aguacero cayéndonos encima como si hubiesen destapado el grifo de la bañera.
Llegamos al coche caldos hasta los huesos, satisfechos con lo realizado, rebosantes de ilusión y deseando volver a este nuestro rincón preferido de Galayos.

Nota de Juanjo:
Enhorabuena nanito, eres un titán, ya verás como disfrutamos en Yosemite.


Al lío!!!

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