sábado, 20 de agosto de 2011

CIRCO DE GREDOS: “Vidal Caballero” 100m, 6c o 6a/A0… Con nocturnidad y fanatismo…

Huela decir tiene, que salir a escalar a las 10 de la noche, con la oscuridad bañando todo con su luz negra, no es lo más normal del mundo, pero cierto es también, que el fanatismo no tiene parangón y que esta es la única forma de poder ir a escalar con nuestro amigo Jorge Valle tan liado diariamente con las labores del refugio donde trabaja.

Los hechos son, que después de cenar y con la energía renovada tras la copiosa comida, buscamos el calido tacto de la roca con intención de bajar los alimentos y acumular un poco de sueño para arrullarlo después en el jergón. La ruta elegida, fue la “Vidal Caballero” de la Pared del Refugio, un trazado reequipado por el propio Jorge y que tiene un marcado carácter deportivo, por lo que era lo suficientemente seguro para recorrerlo a la luz del frontal a modo de entrenamiento, vivencia o locura, según sea el prisma por donde se mire.

Tres luces alternativas recorrimos los tres largos de la ruta bajo la incomprensible mirada de otras tantas lucecillas que se distribuían por la pradera cercana a la laguna y el propio refugio, preguntándose imagino, si no hay otras horas para ponerse a escalar, pero ingonardo las sensaciones que producen estos momentos, de tanta incertidumbre e intensidad, que en pocos metros, llenan el recipiente y rebosan adrenalina por todos los poros, sumiéndose en una situación de ensoñación y control.

Subimos y bajamos, disfrutamos y reímos…, poco más que invitaros a escalar esta vía, de buena factura, muy segura, poco obligada y de movimientos estéticos.

Al lío!!!

miércoles, 17 de agosto de 2011

CIRCO DE GREDOS- AMEAL DE PABLO: “Vía García Regaña o Vía del Presi” 210m, 7b+ expo. o 6a+/A1+… Deberes cumplidos…

Jose Ant. García Regaña, actual presidente de la Fexme, es ante todo un gran amigo nuestro. Nuestra amistad se remonta hace ya nueve años, cuando empezábamos a conocer el mundo de la montaña y hacíamos las primeras escapadas organizadas tanto por nuestros clubs, como por la propia federación, años más tarde, trabajamos juntos dentro de la misma y poco después pudimos convencerlo para que se hiciese cargo de la dirección del equipo. De esto hace ya 6 o 7 años, no recuerdo muy bien pero el seguro que se acuerda mejor. El caso es que desde ese momento, con su carisma, su filosofía y su saber hacer, se ha ido rodeando de un gran equipo y juntos han desarrollado un programa federativo sin precedentes, catapultando el deporte de la montaña en la región hasta niveles nunca vistos y organizándolo de tal forma que cada practicante encuentre su sitio, se desarrolle, se forme y se sienta a gusto.

Pie de vía...

Pues por todo esto y mucho más que nos ofrece día a día, decidimos dedicarle esta bonita ruta que comenzamos a abrir en diciembre de 2010 (28 y 29) con el Grupo de Tecnificación de Alpinismo de la Fexme y culminamos Javier y yo el 15 de Agosto de 2011, realizando la primera ascensión y liberando el trazado.

Javi en el L1...

Una ruta de recia a muy recia para el libre y asequible para combinar el libre con pasos en artifo. Abiertos los cuatro primeros largos en invierno, nos retiramos por falta de tiempo, son tramos de corte clásico que recorren una línea evidente, destacar el L4 como el clave de la vía, un techo de media luna picante y atlético que da paso a un diedro no menos eléctrico y finalizados en pleno verano los dos restantes, con la misma tónica.

Hay cierto equipamiento en la ruta sobre todo en el L4, pero no pensemos que eso le da un corte deportivo en ningún momento. Tampoco la hemos limpiado en exceso el musgo, de hecho el L4 se encadenó sin limpiar dando un plus psicológico a los movimientos.

Javi llegando a la R3...

Por definir un poco el trazado, a fin de esclarecer los hechos, decir que la ruta comienza a la derecha de “Amores que matan” por una sección de bloques sencilla, con un par de pasos un poco más complicados alcanzamos una repisa (1clavo) que cruzamos de derecha a izquierda, en invierno salimos por una cascada de hielo, en verano es una simple trepada que nos lleva a la R1, un poco alta por la falta de nieve (50m).

Javi exprimiendose en el techo (7b+)...

El L2 cruza la campa, de nieve en invierno y seca en verano (30m) III. Con el L3 nos metemos en el muro de lleno, por una serie de diedros y tras pasar por un puente de roca y enfrentarnos casi llegando a la reunión a un murete (V+), nos situamos debajo de los techos y a la derecha de estos, R3 (30m). Seguimos por un diedro sucio y complejo y nos enfrentamos al techo en media luna que tenemos encima, salimos de él y aun nos queda un diedro muy difícil para, asiendo una buena fisura, completar el resto del largo sin problemas, siguiendo las chapas hasta la R4 (35m). El siguiente tramo es evidente, pues surca por completo una gran fisura salpicada de resaltes que en 40m nos dejará fuera de las dificultades, en la R5, de aquí a cima es sencillo (IV) pero conviene no bajar la guardia.

Juanjo escalando el L3 (V+)...

Para bajar, nosotros utilizamos la línea de la vía, de la R5 bajamos a la R4, de esta directamente a la campa con un magnífico rapel volado, con cuidado andamos esta y llegamos a la R1 que se ataja por su derecha, con un rapel más estábamos en el suelo.

Javi saliendo del techo y entrando en el diedro difícil (7b+)...

Vamos cumpliendo los deberes del verano y este estaba pinchado en el tablón desde el 30 de dic. El Circo es un paraíso, no solo para pasear, sino para soñar y escalar, que pena que no sea más visitado, pues quedan muchas joyas por descubrir y explorar.

Al lío!!!

En la cima...

martes, 16 de agosto de 2011

ENCADENAMIENTO: Cuarto 8a a vista para Javier… Estado ingrávido.

Sirva este pequeño artículo para narrar como Javi, después de bajar de “Sueños de invierno”, portear los petates hasta el coche y desembarácense de ellos, se quedó ingrávido y al día siguiente, dio cuenta del 8a de la Cueva del Rivero en el pueblo de La Hermida.

Parece ser que el
entrenar en altura (a varios cientos de metros sobre suelo firme), adelgazar por el esfuerzo continuo de los días en pared y cargar con grandes petates y material colgando por todos lados sirve, en su caso , para moverse de un modo liviano por los octavos, a vista, poniendo cintas y con telarañas en los cantos.

Enhorabuena titán!!!

Al lio!!!

miércoles, 10 de agosto de 2011

NARANJO DE BULNES: “Sueños de Invierno” 540m, A4+/6a… Al mal tiempo buena escalada… El cazador de sueños parte II.

Pues nada, que hemos escalado “Sueños de invierno” y no lo podemos creer…

Aunque hace más de 28 años que los murcianos Miguel Angel Diaz Vives y Jose Luis García Gallego abrieron este rutón en la pared Oeste del Naranjo de Bulnes y por aquel entonces ni Juan Ignacio Casillas (22 años), ni mi hermano Javier (21 años), ni yo mismo (27 años) habíamos nacido, el halo que se ha creado alrededor de esta vía mítica, histórica y referente del big wall español, nos ha asombrado desde que conocimos su existencia.

El equipazo de lujo...

Pues los 69 días de estancia ininterrumpida en la pared durante su apertura, la gran logística de la empresa, el renombre de los aperturistas y la gran dificultad de su trazado, pesan mucho en los libros de historia de nuestro deporte, así como las ascensiones intentadas y las pocas conseguidas, y sobre todo, el entorno donde se desarrolla, la mesa de juego donde se teje la trama y el desenlace de la cumbre soñada del Urriellu como premio merecido.

Porteando el material a pie de vía...


Es difícil valorar si cada miembro del equipo por separado podría haber escalado esta ruta, pero lo cierto es que juntos, con un gran trabajo en grupo, amistad, compañerismo, apoyo y ánimos mutuos, lo hemos conseguido. Ninguno tiene más mérito que otro, cada tarea es importante y eso es una visión que muchas veces no vemos y que ciertamente ha sido la clave de nuestra escalada.

Nuestra historia con la vía no llega a tal, soñamos con escalarla, la preparamos en cuestión de días, no entrenamos para ella, simplemente nos limitamos a fluir y a dejar hacer aquello que más nos gusta, el resto fue empeño y osadía.

Juanjo escalando el L1 (A2+)...

Llegamos a Arenas en sabado 30 de Julio por la noche, dormimos y el domingo preparamos el material, para que Juan (arriero), Lola y Aznar (estos últimos, las mulas venditas que abastecen el refugio de la Vega del Urriellu) no ayudasen a subirlo, evitándonos los fatigosos porteos. Esa misma tarde fijamos el L1.

Con calma, pues estas eran nuestras vacaciones y la vía nuestro regalo por el trabajo de todo el año, al día siguiente fijamos el L2, y con la misma calma el martes el L3 y subimos un petate y las hamacas hasta allí, ya estábamos en disposición de atacar la ruta.

Equipo en la R4, nuestra casa por dos noches...

Las previsiones meteorológicas querían jugar a aguarnos la fiesta, pero al mal tiempo buena escalada y aun así, tiramos para arriba el miércoles por la mañana, alcanzando la R4 donde montamos nuestro primer campamento. Fue difícil cuadrar las dos hamacas y los dos petates en el reducido espacio de la reunión y al final, todo triangulado eso si, nos vimos obligados a dormir Javi y yo de un clavo e Iñaki de un buril viejísimo, para que todo cuadrase.

Juanjo escalando el L3 (A2+), en el punto más desplomado de la vía...

El L5 nos costó todo el día siguiente, fue difícil encontrar el recorrido y nuestra reseña no ayudaba en ello, pues el croquis de Silvia Vidal marcaba un plomo por el que no discurría la vía y nos llevó a confusión sobre el trazado, dando como resultado un rodeo enorme a la derecha para volver a coger la ruta muchos metros más arriba y terminar la sección a últimas horas de la tarde.

Iñaki escalando el L4 (A4)...

El tiempo no acompañaba y la niebla, el frío y eso que llama orbayu (mojabobos en mi tierra), nos hacía enfundarnos en los plumas y tiritar de frio.

A estas alturas habíamos perdido el sentido del tiempo y tan solo sabíamos que por muy duro que se pusiese la meteo, resistiríamos hasta la cima. Dormimos de nuevo en nuestra suite de la R4 y a la mañana siguiente asestamos, entre nubes, la estocada a los largos difíciles de la vía, llegando hasta la R7 y remontando el campo hasta allí, fue una verdadera emoción coger los buriles antiguos de esta reunión, pues suponía el verdadero escoyo psicológico, lo más difícil estaba hecho, la ruta estaba en el bolsillo. O eso creíamos.

Javi asegurando en el Desplome de la Bermeja...


Nuestro tercer vivac en pared fue agónico, el vendaval que arreció durante toda la noche, venía a anunciarnos que no bajásemos la guardia, que nosotros no somos los que mandamos, que subiremos al Naranjo si este quiere, que simplemente somos peregrinos de un camino invisible, almas mortales e un mundo inmortal y eso nos mantuvo toda la noche en vela.

Iñaki escalando el L5 (A4/+)...

Para colmo, el frío arreció esa mañana y los guantes, el gorro, la chaqueta de gore y el plumas, se antojaban insuficientes para combatirlo, pero estábamos decididos a seguir, en poco tiempo se resolvieron los largos siguiente, hasta Rocasolano, pero la estrategia elegida para los petates nos supuso un lastre enorme y subirlos hasta la plataforma fue más duro que escalar los tramos.

Una vez allí, decidimos dejarlos e intentar salir en el día, cosa que hubiésemos conseguido a latas horas de la noche (pues nos quedaba más de lo que pensábamos) si no llega a ser por la tormenta que nos sorprendió largo y media más arriba y que nos obligo a replegar alas y volver a Rocasolano a enrocarnos hasta que amainase, por lo que nuestro cuarto vivac fue allí.

Día de cumbre. Madrugar nunca fue con nosotros, aun cuando el padre de Iñaki nos lo recomendaba todas las noches al darnos el parte de la meteo, pero que le vamos a hacer si nos pierde la cama, bueno en este caso la hamaca…

Nuestra suite 5 estrellas...

Así que más tarde que pronto, emprendimos nuestro quinto día de escalada, con la intención de sacar todo por la cima y bajarlo por la sur.

Remontamos los largos fijados el día anterior y nos afanamos en buscar el camino correcto a la cima, intentado desvelar el trazao original y lógico de la ruta de los murcianos. Con calma e intuición fuimos encontrando restos del paso a alguna cordada, haya por donde intuíamos que iría la vía, clavaderos, un par de clavos oxidados, un par de puentes de roca con cordino semi-podridos, en fin, indicios del paso de alguna cordada por allí y de pronto tras un par de largos que combinaban libre (6a) y artificial fácil (A2), la arista cimera estaba a tiro de piedra, y la cumbre dos palmos más arriba, a las 4 de la tarde estábamos en ella.

Frio helador el cuarto día de escalada...


A decir verdad, mi cima había estado en la R7, verdadera emoción del trayecto, pero llegar al punto más alto, abrazar a mis compañeros, mis amigos, mis hermanos y contemplar los picos desde este punto privilegiado, me provocó un escalofrío, que bien podría achacar a mis músculos entumecidos del frío que pasamos esa mañana, pero que posiblemente tenga su origen en emociones más internas fruto del esfuerzo, la motivación y la complicidad que sentimos al alcanzar estos retos.

Se de buena tinta, que a nivel personal, esta actividad ha marcado un antes y un después en nosotros, que las experiencias vividas en el Picu, más allá de hacernos mejores escaladores, nos ha hecho aprender a valorar mejor los pequeños detalles de la vida, lo verdaderamente importante, esas cosas que allí faltan y aquí obviamos por cotidianas, hemos sufrido, luchado y conseguimos un resultado positivo. Pues como he releído varias veces en el articulo de Silvia: “y es que el Picu, siempre será el Picu…”

Juanjo escalando el penúltimo largo de la vía (A2/V+)..

En el libro de piadas del refugio hemos dejado nuestra huella, nuestra reseña y nuestras palabras, para ayudar, en la medida de lo posible a futuras repeticiones.

Agradecer, por supuesto, a todos los que nos han ayudado en esta aventura, a la gente del Refugio de la Vega del Urriellu por el trato, a la Fundación de los Jovenes y del Deporte por el apoyo y a nuestra familia y amigos por animarnos, seguirnos y compartir nuestra alegría.

Yo (Juanjo) soy el que firmo estas líneas, pero bien creo que podrían ser de cualquiera de los tres.

Foto de cumbre...


Nota de pared, escrita en uno de los momentos de tensión del L4:

“La escalada artificial es demasiado lenta y laboriosa para ser popular,

demasiado intima y personal para intentar explicarla,

demasiado arriesgada para ser entendida y

demasiado impresionante para ser ignorada”


Al lio!!!