Pero contra viento y marea, a sabiendas de que en Alicante casi siempre se escala y en cada ocasión que lo hemos visitado nos ha tratado muy bien, pusimos rumbo este y calibramos nuestra brújula para llegar a la casa de Iñaki, mi amigo y compañero de alguna que otra andanza, al que todos los que leéis este blog ya conocéis.
Fatima en el L3 de "Silvia 2"...
Pero en esta ocasión nos acompañaban dos amigas nuevas, dos aventureras, a las que poco más y ni conocíamos, pero que en estos días se han ganado nuestra amistad y nuestro respeto, Fátima y Conchi. Madrileñas de cuna y montañeras de corazón. Unas jabatas soñadoras dirían ellas.
Iñaki en "Silvia"...
Bueno, el caso es que, bajo un cielo amenazante llegamos a Alicante, donde nuestra familia de allí, nos acogió con cariño, como siempre. Pasamos un día más, jugando al Dixit, embruteciéndonos en el panel de Iñi y comprobando la maña de las madrileñas, incansables y motivadas.
Pero el segundo día salió el sol y con él desaparecieron todas las nubes, se secaron las paredes y comenzó la actividad.
Conchi en "Silvia"
Redobán, no es una de las mejores paredes de Alicante, ni la más grande, y perdónenme los locales, pero tampoco una de las que mejor vista tienen, pero su clima y orientación, junto con la calidad de la roca de su Pancha, lo convierten en un destino agradable cuando las nubes cubren la zona norte de la provincia.
Juanjo en el L2 de "El Pirulo"·..
No entraba dentro de nuestros planes escalar allí y fue todo sobre la marcha, elegimos unas vías al azar, guiados por el libro de “Senderos de la roca” de Mercury y al final fuimos a parar en dos cordadas paralelas, una en la vía “Silvia” y otros en la nueva “Silvia 2”, largos equipados de buena roca en casi todos los tramos y una temperatura agradable, nos permitió gozar de nuestras primeras rutas.
Posteriormente escalamos “El pirulo”, con un segundo largo nada estético, pero con un tercero soberbio, poniendo, a ultimas horas, el punto final al calentamiento para el día siguiente, con vistas, a estar preparados para atacar el Peñón d´Ifach.
Por fin, siguiendo nuestra intuición y comprobando que el hombre del tiempo se había equivocado con la previsión meteorológica, salía el sol y comenzaba la escalada, que no ha parado hasta ahora mismo, cuando escribo estas líneas. Pero contaré la historia paso a paso. Con la calma que da la tranquilidad y saboreando cada pasaje antes de narrarlo.
Al lío.
Reseñas extraídas de la web: http://www.senderosdealicante.com/delaroca/localizaciones/redovan.html
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