seguro que también coincidimos que cuando leemos una reseña de escalada, nuestros ojos buscan los números y las letras que nos indican la dificultad que tiene asignada un determinado pasaje o una determinada vía. No es menos cierto que, cuando nos adentramos más en este mundo vertical, esta graduación nos provoca sensaciones muy dispares dependiendo de nuestro nivel percibido y el que indique la reseña, miedo, inseguridad, nerviosismo, si la ruta en cuestión creemos que está por encima de nuestras posibilidades e iniciativa, seguridad, tranquilidad y sosiego si creemos tener dominada cierto grado.
Iván en el 7c...
Pues los extraños procesos que se producen en nuestra cabeza, dejan de manifiesto el gran componente psicológico de nuestro deporte, tan limitado por la ley de la gravedad como por el pensamiento limitado del escalador que tiene miedo de superar sus límites, su zona de confort.
Pero si escalamos en Penha García veremos que aquí es otra cosa, los grados tan suaves que parecen graduadas a propósito para aumentar la motivación de los visitantes, nos hacen ver lo subjetivo de la escala de grados y como esta influye en nuestra visión del recorrido.
Eli en un 6a de fisura...
Si fuésemos sin reseñas a escalar allí y nos ponemos a ascender rutas, igual nos sorprendemos al llegar a casa y ver su grado asignado, pero de momento hemos pasado un día genial disfrutado de rutas de escuela, perfectamente equipadas sobre la dura cuarcita de cantos netos de la escuela portuguesa.
Angel en el 7c de la cueva...
Por segundo domingo consecutivo acudíamos a ella en busca, esta vez si, de las rutas más duras de la zona, pues el pasado domingo estuvimos con los alumnos de la escuela municipal de Plasencia y la Selección Extremeña Infantil de Escalada y no pudimos recrearnos libremente en las rutas, conscientes de que un 7c de la zona es mucho más fácil que un 7c de Valcorchero, pero no por ello pierde los verdaderos componentes de interés, la belleza, el desplome, el paisaje o la superación psicológica,
Iván ensayando el 7c...
Escalamos, escalamos y escalamos, en mi caso 12 largos entre los que se encontraban lo más duro de la escuela. A destacar el 7c que encadenamos Ángel y yo, el 7b de la misma cueva, bloque de 5 movimiento en techo, que solo hice yo y varios 7a que encadenaron tanto Javi A. como Iván, que se quedó la espina clavada del 7c y a buen seguro volverá a por ella.
Angel en el 7b de la cueva...
En la zona unos 25 escaladores extremeños disfrutando del magnífico día de campo, gente de Plasencia, Casar de Cáceres, Cáceres, Badajoz, etc, que no viene sino a destacar el auge de este deporte en nuestra región, la motivación y las ganas que desde los colectivos se está echando para impulsarlo y la buena salud de nuestros deportistas.
Reseñas de la zona...
Volvemos a la senda de la progresión, la autosuperación, la motivación y tantas otras cosas que terminan en –ación, ahora a consolidar y seguir mejorando.
Pequeño paraiso desplomado...
Al lio!!!
Javi en el carro de combate del parque del pueblo...
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