Armand Ballart, genio y figura del panorama nacional, es para mi un referente en la lejanía, pues no tengo el gusto de conocerlo, comparte lugar con otros grandes aperturistas españoles como, y solo nombraré algunos, A. Madinabeitia, J. Galvez, Picazo, Papila, Hms. Gallego, S. Vidal, y un largo etc., dentro de los considerados, por mi, como escaladores de obra y espíritu, cuyas vías son sinónimo de calidad.
Juanjo en los primeros desplomes de la vía (L1)...
Cierto es, que me hubiese gustado vivir en el aquellos años locos en los que las paredes más impresionantes, lucían bellos paños de roca de altísima calidad e invitaban, con sus bellos contornos, a los aventureros que se atrevían a poner en ellos sus manos; no por ser más mayor, pues bastante tengo ya con los años que cuelgan de mi calendario, sino por poder soñar como ellos y dibujar líneas verticales en las que verter sin consideración, esfuerzo, lágrimas y pasión.
Iñaki se echa una sienta antes de afrontar el L9, última tirada.
Pero como cada etapa tiene lo suyo, cosas buenas y malas, nos tocó vivir esta y disfrutar del legado de los primeros aperturistas, intentar conocerlos a través de sus escaladas y sentir el carácter que cada uno imprimió a sus creaciones, como si, ensimismados en un cuadro, intentásemos dilucidad los extraños pensamientos que rondaban la cabeza del autor cuando matizó, de tal forma, determinados trazos.
Tonstándonos sin camiseta en el L7...
El caso es que, últimamente, me gusta añadir a la elección de una vía una característica más, sus aperturistas, pues de entrada, si has escalado más rutas del susodicho, puedes intuir por donde van los tiros, con que estilo estará cortada y si los seguros (en caso de que existan) como estarán distribuidos. Es grato comprobar como estas pautas generales se repiten.
Iñaki en el L2....
Por eso la elección de la “Superdirecta” en vez de otra ruta vecina que nos quedase por hacer.
La vía observada desde abajo recorre de una forma directa el queso gruyer que se dibuja de forma característica en el medio de la pared principal del Peñón y discurriendo por líneas de desplomes de grandes agujeros, finaliza en lo más alto de la bóveda superior, dejando bajo nuestros pies un vacío de 300m.
Juanjo en el L4 (A1)....
En 2008, se sometió la ruta a un reequipamiento estricto que sin amortiguar el carácter aventurero del trazado, permitió conservarlo y que se pueda seguir haciendo de una forma semi-segura.
Tras valorarla en frío y con la perspectiva que me el puñado de vías que he escalado en el Peñón, también comulgo con lo que afirman muchos escaladores de la zona, pues hablan que esta ruta puede ser estar entre el TOP5 del Peñón.
Amigos en la cumbre...
Sin prisa pero sin calma, terminamos la ruta, comemos un bocadillo en los bares del puerto deportivo y ponemos rumbo a casa, pues el camino es largo y el cansancio acumulado. De nuevo las lluvias no sumergirán bajo un cielo gris en el otro lado de la península y solo nos cabrá soñar con volver al sol del levante.
Reseña de Matxinklimb.com
Al lío!!!
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