Comenzaba una semana repleta de objetivos mientras descendíamos la afilada arista desde el teleférico del Ag. du Midi, cargados con verdaderos armarios a la espalda, camino del refugio de “Los Cósmicos”.
Durante la siguiente semana, esta pequeña posada, punto de paso de las miles de personas que cada año intentan el Mont Blanc, fuera de cualquier comodidad y con unos precios desorbitados, iba a ser el campo base de nuestras andanzas alpinas.
En total 20 personas componíamos la expedición del Stage estival del GAME y la concentración de verano del Plan Nacional de Tecnificación de Alpinismo.
Los proyectos locos, de vías soñadas, se mezclaban en nuestras conversaciones tejiendo un caos alpino semejante a las tormentas de la semana anterior. Vías duras largas, frías y difíciles, que volaban libremente de boca en boca, buscando cordada para materializarlas.
Poco a poco los planes iban tomando forma y para abrir boca en semana tan especial, Iñaki, Josito y yo decidimos buscar una ruta tranquila de dificultad moderada y de famosa calidad. Así optamos por la “Vía Contamine” de la P. Lachenal.
Sin madrugar en exceso y con una aproximación muy corta (apenas 30min), llegamos a pie de la maravillosa pared de la Lachenal, anaranjada y de tonos brillantes, recibía la luz del día sin tapujos, dejando exhibir a los aspirantes sus perfectas fisuras.
Jorge y Koka, también optaron por la misma vía y tras nosotros comenzaron su ascensión.
Muy buenos largos después, llegamos a la parte más difícil de la ruta, con variante incluida para adelantar a una cordada que nos taponaba el paso, la concentración se palpaba a cada paso y con impaciencia esperábamos la secuencia dura que nos exprimiese las fuerzas y nos pusiera en nuestro sitio, mas cuando nos quisimos dar cuenta, lo chungo había pasado. Miramos abajo, al sugerente muro y risueños proseguimos nuestro camino, mientras nuestros amigos daban buena cuenta también de los largos anteriores.
Al llegar a la cumbre y comenzar el descenso por la misma vía, una duda me asaltó, y al final concluí para mis adentros, que en los Alpes no se regala nada, ya que una escalada fácil como la que habíamos realizado, no debe crecernos, por mucho que se marque de 6b, ya que otras con una cotación de V seguro nos dará una lección de humildad el día menos pensado.
Mañana más dije, mientras echaba un último vistazo al, ya de por si manoseado, croquis del Pilar Gervasutti.
Al lío!!
Durante la siguiente semana, esta pequeña posada, punto de paso de las miles de personas que cada año intentan el Mont Blanc, fuera de cualquier comodidad y con unos precios desorbitados, iba a ser el campo base de nuestras andanzas alpinas.
En total 20 personas componíamos la expedición del Stage estival del GAME y la concentración de verano del Plan Nacional de Tecnificación de Alpinismo.
Los proyectos locos, de vías soñadas, se mezclaban en nuestras conversaciones tejiendo un caos alpino semejante a las tormentas de la semana anterior. Vías duras largas, frías y difíciles, que volaban libremente de boca en boca, buscando cordada para materializarlas.
Poco a poco los planes iban tomando forma y para abrir boca en semana tan especial, Iñaki, Josito y yo decidimos buscar una ruta tranquila de dificultad moderada y de famosa calidad. Así optamos por la “Vía Contamine” de la P. Lachenal.
Sin madrugar en exceso y con una aproximación muy corta (apenas 30min), llegamos a pie de la maravillosa pared de la Lachenal, anaranjada y de tonos brillantes, recibía la luz del día sin tapujos, dejando exhibir a los aspirantes sus perfectas fisuras.
Jorge y Koka, también optaron por la misma vía y tras nosotros comenzaron su ascensión.
Muy buenos largos después, llegamos a la parte más difícil de la ruta, con variante incluida para adelantar a una cordada que nos taponaba el paso, la concentración se palpaba a cada paso y con impaciencia esperábamos la secuencia dura que nos exprimiese las fuerzas y nos pusiera en nuestro sitio, mas cuando nos quisimos dar cuenta, lo chungo había pasado. Miramos abajo, al sugerente muro y risueños proseguimos nuestro camino, mientras nuestros amigos daban buena cuenta también de los largos anteriores.
Al llegar a la cumbre y comenzar el descenso por la misma vía, una duda me asaltó, y al final concluí para mis adentros, que en los Alpes no se regala nada, ya que una escalada fácil como la que habíamos realizado, no debe crecernos, por mucho que se marque de 6b, ya que otras con una cotación de V seguro nos dará una lección de humildad el día menos pensado.
Mañana más dije, mientras echaba un último vistazo al, ya de por si manoseado, croquis del Pilar Gervasutti.
Al lío!!
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