Necesito salir a escalar. Es una vía de escape, desconexión
y evaporación laboral. No es que no me guste mi trabajo, me encanta, pero de
vez en cuando necesito no pensar y dejarme fluir por la roca. Derrochar mis energías
en la conquista de lo inútil y bajar vacío de nuevo a la vida real. En un
esfuerzo por dejar hueco para la creatividad, el dinamismo y la constancia que
requiere mi labor diaria.
Y esta era una de esas veces… No me bastaba con derrochar
mis energías en los bloques de Valcorchero que tanto me aguantan diariamente. Sino
que me apetecía ir a clasiquear. Un par de días. A darlo todo. Lunes y martes.
Mi fin de semana particular.
Ibone el paso clave del L2 en "La Cicatriz"... |
Ibone cogió la invitación. En cierto modo, picó un anzuelo cuyo
cebo era la promesa de un par de días fanáticos de escalada. Yo no las tenía
todas conmigo, iba con muchísimas ganas y al ser la primera vez que escalaba clásica con ella, no sabía que tal respondería. Pero me dejó impresionado de su
aguante y de un fanatismo similar al mío.
El primer día fue una prueba de fuego, las vías no eran muy
difíciles, pero eran bastantes metros. En un abrir y cerrar de ojos (2 horas) nos
merendamos “La Cicatriz” 6b, 360m, apurando las cuerdas y saltándonos largos.
La vía es divertida, pero todo el recorrido es asequible y no hubo nada de
tensión, por lo que nos dejó con la miel en los labios… ¿Somos masocas o qué? ¿Si no sufrimos, no disfrutamos?
¿Recto? |
El caso es que como estaba nublado, decidimos dejar la “Cuevas
Mesón” para el día siguiente y escalar placas en la Albujea al cobijo de las
nubes. Sin reseñas, decidimos hacer un par de vías que más o menos podíamos
situar. La primera fue a degüello “Llamando a las puertas del cielo” 6b, 200m. Fue
la primera línea que vimos claramente a la derecha de la pared, igual que la
anterior apurando a tope de cuerda y saltándonos reuniones, incluso enderezando
todo lo posible los largos. Con ansia de dificultad y chispa.
Ibone navegando por la Albujea... |
La segunda, a la aventura. Yo quería hacer “Maneras de vivir”
pero como la Albujea es un mar de bolts alejados. Sin un mapa detallado, puedes
enlazarlos a tus anchas sin respetar trazados. Pues eso hicimos. Recto y sin
miedo, navegando sin brújula. Hasta arriba. Resultó que entramos bien, pero que
después enderezamos y nos metimos en “Nata lía” y más tarde enderezamos y
entramos en “Carmes” y así recto a cima. Que se le va a hacer… para la próxima,
imprescindible la reseña detallada de la nueva guía de la zona.
En resumen: 5 horas de escalada, 700m de roca sin
sufrimiento y un gran bocata para merendar en La Bodeguilla de Hoyos del Espino….
Esto último, imprescindible.
El segundo día estábamos con mucha ansia, los planes eran muy
ambiciosos. Es como cuando vas a comprar comida con ganas de comer, que metes
todo al carro de la compra y hasta que no está lleno no paras. Pues eso nos
pasó. Habíamos recopilado info de un buen puñado de vías. Pasamos los croquis a
mano y a por todas.
Juanjo en el L5 de "Guillermo Mateos"... |
Comenzamos con la “Guillermo Mateos” 250m, 6c/A0 (tercera
vez que la hacía), que por un pasito no se dejó encadenar. Corrimos, no
literalmente, a los la “Cuevas Mesón” 200m, 6c – Vaya rutón guapo, largos de
corte clásico y técnicos. No os lo vais a creer, pero en un momento del 4º
largo parecía que estaba subiéndome a un volumen triangular de eso que está de
moda en las compes de bloque. Todo técnica y equilibrio.
Ibone porteaba el bocata de tortilla XXL que nos habían despachado
el día anterior en la Bodeguilla y nos iba sirviendo de sustento en tal alocada
maratón.
Ibone en el L1 de "Cuevas Mesón"... Muy bueno!!! |
Los metros y la dificultad iban pesando y el día tan caluroso
también. Buscábamos la sombra con la mirada, intentando averiguar que
itinerario poseería tan preciada orientación. Casi nos rendimos, pero aun había
energías y muchas horas de sol por delante.
A Ibone le gustaba el nombre y las fotos de “El rey del Hey…
pase y verá” 350m, 7a y estaba en su lista. En la mía no, pero después de
repetir el nombre de la vía unas cuentas veces y gritar “Hey!!!” otras cuantas,
era necesario escalarla.
Ibone en el L1 de "El rey del Hey..." |
Los dos primeros largos son soberbios, de escalada en
fisura. El tercero, que es el más duro, va perdiendo estrellas y terminamos
recorriendo la arista SW hasta morir a pies del Torozo Norte. Con las fuerza ya
menguadas y con los objetivos personales cumplidos (Unas cuantas vías se
quedaban en los papeles, pero habíamos agotado las fuerzas), era hora de volver
a casa.
En resumen: 800m de escalada en 9 horas, risas, encadenes y
algún que otro momento de tensión… Lo que íbamos buscando.
Duendecillos del Torozo... |
Hasta la vista Ibone. Volveremos… Entrena fuerte!!! Y así
cada uno a su casa a reponer energías para regresar próximamente a la carga. Y
que el ritmo y la motivación no paren.
Al lío!!!
PD: Os recomiendo para soñar y como libro de calidad, la
nueva Guía de escalada de Torozo y Albujea de los señores Gabriel Martín y
Chema Mancebo. Gran trabajo!!!
1 comentario:
Muy bueno fiera!!
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