ESCALADA EN JAÉN: “Encadenamientos en Reguchillo”… Puente fanático.

Siento que mis bíceps explotan, la yema de mis dedos es apenas una fina capa de piel rosada con una sensibilidad sobrenatural y me siento agotado de tanta gravedad, pero aun así, no puedo dejar de cerrar los ojos y repasar la secuencia de movimientos de esa vía que me ha cautivado. Es difícil saber si la conseguiré hacer en la realidad, pero en mi mente la he escalado decenas de veces.

Abrir los ojos y sentir el viaje, es magia. No solo un viaje palpable en el que te desplazas de un lugar a otro para conocerlo y visitarlo, sino un viaje interior en el que aprendes, colaboras, duermes y te relacionas contigo mismo y con tus compañeros de aventura en un marco diferente al habitual, en el que se hace piña, se comparten risas y de vez en cuando momentos eufóricos. No es solo por el deporte, es algo más. Definitivamente la escalada, sea cual sea su modalidad, es algo más...

Javi visualizando el detalle...

En este caso fuimos a Jaen, como podríamos haber ido a cualquier otra parte, pero el plus de un sitio nuevo y volver a ver a los amigos de allí, decantó la moneda.

Juanjo en "Bolo" 7c....

La roca excepcional, muros enormes y la alta calidad, unido a la buena climatología de la zona en esta época, nos permitió pasar cinco días sin parar de escalar, intentar muchas vías y encadenar algunas menos, pero sobre todo y en resumen general, creo que aprendimos mucho de la experiencia.

Fatima desplegando técnica...

Destacar sobre todo el encadenamiento del primer 8b+ de Javier, con “Dame Criptonita” en seis intentos y su primer 8a+ a vista con “Mi pequeño tal Iván”, elevando con ello su nivel y poniendo el punto y seguido a su año de entrenamiento en el Centro de Alto Rendimiento de Cáceres.

Javi en "Dame criptonita" 8b+ pa´la saca...

Los demás, Fati, Ivan y yo, escalamos a muy buen nivel, cayeron 7c,7b+,7b a vista y un largo etc… Ivan se superó con “El celador” 7a+/b y aprendió a usar los pies y Fati descubrió que los desplomes son divertidos.

Ivan, sin pies y a lo loco...

Por lo demás, perdimos las vergüenza, volamos incluso, escalamos a altas horas de la noche y nos despedimos con anhelo de las paredes jienenses…

… Aun en nuestras cabezas resuenan los movimientos de aquella vía que un día escalaremos.

Al lío!!!