CUANDO LA MONTAÑA NO LO ES TODO…

Y de buenas a primeras la inspiración llega así, sentado en la cama, viendo un trozo de alguna serie que no te disgusta, de entre toda la basura de la programación, y arrullando el sueño antes de comenzar a descansar. Son momentos de alta concentración, donde los pensamientos divagan por el universo de pensamientos, dibujando curiosas formas a modo de líneas perfectas para ascender, disfrutar o vivir.

Y comprendes que hay cosas muy interesantes más allá de la rutina y que nada es fácil, ni difícil, pues no es fácil construir un futuro, pero tampoco lo es dejarse arrastrar hasta una vida vacía y sin sentido, ambas cosas tampoco son tan difíciles si lo miramos desde un punto de vista frío y objetivo.

A mi edad, y ya van unos cuantos, es hora de plantearse un futuro paralelo al bonito presente efímero que surca los días. Muchos años de estudio después, con varios títulos profesionales en la vieja carpeta donde guardo los diplomas y papelorios de una vida dedicada a formarme, aún no tenía claro que profesión elegir. Y es que lo que hago me gusta mucho, pero no me veo el resto de mi vida en una situación inestable, cambiante y tan dependiente del viento como una nube en pleno levante.

Así que tuve que elegir, decisiones difíciles estas y, como buen escalador que se precie, el tiempo libre es uno de los factores más decisivos que pude valorar.

Hace tiempo, un antiguo profesor mío y actual íntimo amigo, me dijo que hay tres profesiones ideales para gente como nosotros, una es controlador aéreo, pero una oposición así desgasta hasta la vida más motivada, la segunda es profesor de E.F, durante muchos años soñé con ella, pero tal y como veo el sistema educativo actual no me apetece formar parte de ese juego y no tengo ganas de bregar en esas oposiciones basura y el tercer trabajo es el de bombero, y este parece que es el elegido, así que desde hace ya algunos meses y en los últimos tiempos más en serio, dedico muchos minutos al día a este objetivo, más ambicioso que muchas montañas y tan importante para una persona como la vía de su vida, aquella con la que sueña cualquier escalador…

De momento día tras día estudio los movimientos, doy peques a la ruta e intento aprender de los errores que cometo en ella. En ocasiones, aspectos de la vida, se plantean como las cimas más inaccesibles y difíciles, esas que tanta satisfacción da conseguir.

Las actividades puramente deportivas sufrirán las consecuencias de esta nueva situación y si bien es cierto que por nada del mundo dejaré de escalar, también lo es que solo lo haré de vez en cuando, con menos asiduidad que de costumbre y solo cuando la vía a escalar merezca perder un día o varios de estudio por ascenderla.

Si alguna vez consigo este encadene, el blog también se resentirá con un efecto contrario al actual, y recorreremos otros caminos con la seguridad de volver la vista atrás y tener un sendero marcado…

Al lío!!!