viernes, 22 de enero de 2010

LO REALMENTE IMPORTANTE.....

Desde hace algún tiempo, tengo ganas de escribir algunas líneas que no hablen de montañas o paredes, vías o competiciones, que no traten de rocas y actividades, si no que se centren en lo realmente importante de este deporte nuestro: los amigos y los valores que a través de él se consiguen y se trasmiten respectivamente.

Si miramos en el fondo de nosotros, descubriremos que el medio natural nos muestran una forma de pensar diferente, que no es la misma para los escaladores deportivos que para los alpinistas, incluso algunos hablan de una “forma de vida”. A groso modo es un paquete de valores intrínsecos al deporte, producidos en parte, por el contacto con la vida natural, el afán de superación o la vivencia de situaciones intensas con nuestros compañeros de cordada, por los éxitos y los fracasos, por las cumbre y los abandonos.

Sería poco inteligente no destacar estos aspectos y egoísta no transmitirlos a los demás, pues la riqueza personal que se puede extraer, forja una personalidad característica, en la que independientemente de la actividad, la autonomía, la cooperación, la confianza, la iniciativa, el espíritu de superación, la realización personal, el respeto a la naturaleza y alguna otra actitud que se me olvide, están presentes.

A través de este artículo me gustaría agradecer, sobre todo, a esos amigos, que cuando empecé a escalar, me trasmitieron todas estas cosas y más, me enseñaron lo que sabían desinteresadamente y me acogieron en su círculo de amistades. A Jesús Artaloitia por guiarme en mis primeros pasos, a Benjamín Collado, a Paco Briongos, a Jose Antonio García Regaña, a los miembros del Grupo Placentino de Montaña (que aunque ya no salga mucho con ellos, los agradezco mucho las enseñanzas que me aportaron), a Manolo Parra, que me dío una visión distinta de las cosas y me enseñó a ver con otra lente, a Jose Isidro Gordito que me dio una gran oportunidad y a tantos otros que, aunque no los nombre, están siempre cerca de mi.

Pues realmente, estas personas, que comparten tu vida y de vez en cuando dejan las suyas en tus manos através de una telaraña de cuerdas, son la verdadera riqueza y potencial de la escalada. Supongo que los amantes de otros deportes dirán lo mismo de ellos, pero por muchos que he probado y estudiado, no he encontrado otra disciplina deportiva que engrane tantas actitudes socialmente positivas como la que engloba este mundillo.

Entiendo de todas formas, la reticencia de mucha gente ante la práctica de un deporte que denominan “de locos”, pues los riesgos siempre están y ciertas disciplinas de alto nivel son realmente muy peligrosas (Solo integral, A6+, WI7+X, etc..) pero, si no ponemos nuestras miras tan altas, consolidamos una buena formación y respetamos las medidas de seguridad, esa locura tornará a control y este en experiencia y diversión.

Para que me entendáis los que no dominéis mucho el lenguaje de letras y símbolos que gradúa este deporte, es igual que si conducimos a 200 km/h por una carretera de montañas con muchas curvas, asumiendo un riesgo muy elevado que, si no somos muy buenos conductores altamente preparados, puede fácilmente acabar en desastre. Pero si empezamos a conducir, tutorizados por un profesor, por una carretera poco peligrosa, con el tiempo disfrutaremos guiando nuestro vehículo por caminos más complicados, sintiendo el aire al sacar la mano por la ventanilla haciendo olas, y podremos, con el paso del tiempo y con unas pretensiones basadas en el puro disfrute, ir cabalgando rutas más difíciles.

Diariamente veo a los jóvenes deportistas que aprenden a escalar en la escuela municipal donde actualmente trabajo, los observo mientras bromean con sus compañeros, a los cuales conocen desde hace bien poco, juegan con ellos, los sonríen, después veo como esas caras sonrientes tornan en esfuerzo si comienzan a escalar o en seriedad si están concentrados en el aseguramiento de su compañero y como, inevitablemente, las dos caras vuelven a sonreír si consiguen su propósito o lo vuelven a intentar con la misma concentración si no lo han logrado.

La magia que envuelve el equipo es intensa...

Con estas líneas, que al final son más de las que pensaba escribir y muchas menos de las que merece el tema, me gustaría destacar y defender los aspectos didácticos y formativos de la montaña, la riqueza de las relaciones interpersonales que en ella se desarrollan y las amistades que se forjan en su seno.

Por supuesto queda abierto el debate para que penséis y opinéis.

Al lío!!!


3 comentarios:

Kiko dijo...

Lo intensa y a la vez sencilla que es la vida en la montaña, es sin duda lo mas valioso que posee esta actividad o forma de vida...Pero por si algún neófito piensa que es algo que solo se experimenta allí arriba, habría que añadir que toda esta manera de sentir la vida se la lleva uno de regreso a la civilización......luego poco a poco se va descargando la batería, y hay que regresar al "retiro" de las montañas a recuperar la extraña energía. Saludos

Juan korkuerika dijo...

Un abrazo desde la "PutAgonía" y qué razón tienes. Lo mejor de nuestras aventuras las grandes personas que conocemos por el camino... Hasta la próxima loco...
Un abrazo y hastaq la vista alpinistaaaaa

Álvaro Sánchez Galván dijo...

Debido a mi afición por las montañas he visto paisajes impresionantes, he realizado actividades que nunca pensaría que llegaría a realizar, he sentido miedo, angustia, felicidad, satisfacción... Pero lo mejor, sin duda alguna, lo constituyen las personas con las que he compartido todas estas experiencias.
Enhorabuena por vuestras actividades, me parecen impresionantes, además de vuestra forma de ver la montaña. Continuar así!!!! Saludos!!!