miércoles, 22 de abril de 2009

PEÑÓN DE IFACH: “La Gaviota” Arqueología peñonera….

“Dulce balcón con vistas al mar,
triste solitario esperando su barco,
vigilas desde tu atalaya el horizonte,
desgastado por el viento a su paso.

Frágil horizonte calizo
vertical y contorneado,
gozo en cualquiera de tus líneas,
me deleito cuando te escalo.

Cual dulce silueta de bella dama,
tus curvas suavemente abrazo,
pues junto a ti me siento vivo
y tristemente me despido cuando me marcho.

Con estas escurridas líneas
de fácil rima te relato
pues por mil que escribiese
nunca podría explicar un sentimiento asilado.”


Juan José Cano Blázquez

Sin duda, para mucho otros antes que para mi, el Peñón de Ifach ha sido un pared deseada, pues aun recuerdo cuando empezaba a escalar hace ya unos añitos y me deleitaba con las fotos de aquellos sitios que deseaba visitar sin moverme mucho de casa.
Naranjo de Bulnes, Mallos de Riglos y Peñon de Ifach, que junto con mi escuela madre, Galayos, formaban un cuadrado imprescindible.

Después de alguna visita puntiaguda, donde por el tiempo, solo pudimos escalar una ruta en el Peñón (Gómez-Cano), volvía a Levante, con ganas de conocer y disfrutar esa bonita y soleada tierra, donde tan buenos amigos guardo.

Y así, con tantas ganas y motivación, y por que no decirlo, gran cantidad de ingenuidad, me deje embarcar en una escalada de película, de esas que nadie hace y todos respetan, dura y psicológica, “La Gaviota” 250m, 6b+/A3

Abierta en solitario hace ya unos añitos por un magnífico escalador llamado Manfred, la vía no cuenta con más de 5 repeticiones, ninguna de ellas en los últimos 10 años, me dijeron mis compañeros, gran cantidad de tramos de artificial fácil, perfectos para forzar en libre y unos seguros fijos (clavos, plomos, etc..) tan deteriorados que era posible arrancarlos con la mano, ponían el aire tétrico al asunto.

Sazonado todo ellos con gran cantidad de desconocimiento del itinerario en un laberinto de rutas tan trenzado como es el Peñón. Tan solo teníamos claro el inicio.

Progresamos por la pared casi de puntillas, rememorando la apertura de una vía cualquiera, pero encontrándonos, de vez en cuando, los siniestros clavos caseros del aperturista, que disfrutando de su vejez en un balcón privilegiado con vistas al mar, saludan con un “mírame y no me toques” a los pocos escaladores que pasan por su lado.

Un plomo aquí, una uña allí, un punte de roca, salida delicada en libre y estamos casi fuera, Iñaki es una maquina aunque el piense lo contrario, salimos a la cima de noche, con los últimos resquicios de sol alejándose por el horizonte.
Hemos roto el silencio de la cima y sus guardianas, los pájaros medio locos que dan nombre a la vía, amenazan con atacarnos en un ir y venir constante.

Tranquilamente disfrutamos de las vistas, allí abajo el torrente de luz y ruido de la ciudad, aquí arriba la oscuridad y tranquilidad del paraíso, a veces pienso donde me gusta vivir realmente…

Al lío!!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hombre ya van apareciendo algun que otro reportage de tus vacances en la costa blanca, jeje.
Ya me contaras que tal ha ido todo estos dias,la proyeccion, etc ,etc.
Se me olvidaba, tengo tu chaleco rojo, ya me dices que hago con el.
Un saludo, Iñaki

Anónimo dijo...

Pedra blanca de descarnada
lluenta a espais de remor salada.
Crosta vella, de dins s'escapa
pels cristalls tous que amagava.
Ifac, tant de mal t'han fet
que més ja no s'espera.
Atlàntida s'amaga al racó d'ombria humida.
Atlàntida m'aguarda a l'intent, desconcertada.
Puge a Ifac, calent, per dins de la pedrera.
Puge a Ifac, valent, a la meua manera.
Tanta espera: una vesprada
i una nit que no dormia;
i al matí més no podia
amb l'aresta conquerida.
El cim als peus, sentin-me part de Zeus.
Ifac, ara, era jo.
Quant duraria?
...fins que baixara.

Gracias. Fue años atrás y al leer tu crónica me vino a la memoria estas letras que guardé.Suerte en lo que venga.
Elegisteis buena vía aunque la hay casi mejores.
Guillem.