Dicho lugar frecuentado en invierno por los escaladores de hielo que buscan las pequeñas cascadas que se forman en su parte central, es en verano un lugar solitario, únicamente recorrido por pequeños grupos de vacas y caballos que pastan libremente por sus verdes praderas.
Pues es allí donde fijamos nuestras miradas en uno de estas frecuentes visitas invernales. La pared que cierra la hoya por su parte derecha es una muralla de unos 90 o 100 metros, que al parecer ha pasado desapercibida y no tenia ninguna vía conocida a priori.
Nosotros, nos fijamos en su franco izquierdo donde se intuía una línea de fisuras clara, bonita y directa, de donde nacería esta nueva via “Dejad que las niñas se acerquen a mi” 90m, 6c, Desequipada.
En resumen la vía consta de dos largos de unos 45 metros cada uno, las reuniones tienes colocado un parablot que habrá que reforzar. El L1 (6c) Comienza en una fisura de manos de unos 10 metros preciosa y a continuación sigue a su izquierda por otra serie de fisuras (1 clavo) hasta alcanzar un diedro de menos dificultad, asi llegamos a la R1, de esta salimos recto L2 (V+) por la continuación del diedro y tras unos pasos a la derecha nos situamos en una placa surcada por una fisura pequeña, fácil de proteger, que escalamos hasta la cumbre.
Bonita vía, corta pero disfrutona, muy recomendada
Bonita vía, corta pero disfrutona, muy recomendada
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