domingo, 11 de mayo de 2008

CHAMONIX: Espolón Frendo…. “Clasiquísima”

Cuando el compromiso, la exposición y la dificultad están de moda, siempre hay tiempo y espacio para una clásica de las de toda la vida, una vía de esas que recorren itinerarios lógicos y atractivos.

En este caso, el que os propongo, tiene todos estos ingredientes y algunos más.
Combina tramos a de roca y nieve-hielo, roca mala en los tramos fáciles y buena en los difíciles, una envergadura considerable, una logística de pared alpina y varios condimentos más… pues por todo esto, el Espolón Frendo, se ha convertido en un primer acercamiento para los escaladores que van a los Alpes a escalar itinerarios alpinos.

Por no hablar de su situación geográfica, ya que se sitúa en la cara norte de uno de los picos más famosos de Chamonix, el Ag. du Midi, y es que si decidimos escalar esta vía cientos de metros más arriba de nuestras cabezas, el teleférico nos acompañará en nuestro trayecto, subiendo y bajando viajeros que han decidido elegir otra forma más fácil de subir a su cumbre.

Bueno, voy a comentaros como fue mi escalada, pues con ello espero, como tantas otras veces, que os forméis una idea clara de la vía y que os animéis a aventuraros en ella.

“La aproximación”

Reunidos en Chamonix, con mis compañeros y amigos Jorge, Iñaki y Fran, nos disponemos a subir a Valle Blanco unos días, con el fin de escalar por la zona e intentar alguna vía de esas que nos quitan el sueño.

Jorge e Iñaki, ya hicieron el Frendo un par de días antes y como en nuestros planes también estaba hacer esta ruta, se prestan voluntarios, para subirnos en el telesférico el material que no vamos a necesitar en la escalada y que usaremos en la estancia en la montaña.
Con lo que Fran y yo, con lo imprescindible nos quedamos en la estación intermedia y nos disponemos a dormir un rato antes de comenzar la escalada muy de madrugada.

No recuerdo a la hora que nos levantamos, pero no serían mucho más de la 1 de la madrugada, la noche era serena y una brisa nos acompañó mientras preparábamos el desayuno y la mochila.

La aproximación a pie de vía, en principio es evidente, discurriendo por un sendero que se dirige hacía la pared, para perderse en la lengua glaciar que custodia la entrada de la vía. Por este caminaremos con cuidado, buscando las zonas más fáciles para cruzar la rimaya cerca de la vira en la que comienza la ruta. (2h horas aproximadamente desde la estación intermedia).

“La escalada”

A partir de aquí la pared se presenta ante nosotros como un bastión rocoso, como un camino evidente, marcado, por las viras que debemos recorrer en el primer tramo, primero por una que sube a derecha y cuando esta termina por otra de sube a izquierda, ganando de esta forma los primeros metros a la tapia.
Cuando avanzamos por esta última, hay que estar alerta en varios embarques que se nos presentan a la derecha, cogiendo el adecuado cuando la vira se pone más vertical, fuera del IV grado. Pero de todas formas a que tener en cuenta, que si nos embarcamos lo importante es subir a la arista.
Una vez aquí, la escalada es más sencilla y el avance es más rápido hasta encontrarnos de frente con un diedro de 80 metros que nos corta el paso, pues, por ahí no es!!. En este punto debemos hacer una pequeña travesía a la izquierda y buscar un terreno más fácil, cosido con clavos cada poco (V).

Los siguientes metros discurren por terreno fisurado no muy difícil, nosotros fuimos tendiendo a la parte izquierda de la arista y alcanzamos fácilmente la nieve de la parte final.
Aunque a priori no parece muy inclinado, realmente si que lo es y superar esos metros finales nos costó bastante trabajo.
Al llegar a la base del riñón final miramos a la izquierda para salir por el muro de 80º, pero caía de todo o eso nos pareció a nosotros, y decidimos aventurarnos por la parte derecha del mismo, que aun siendo menos inclinada, seguía siendo delicada y un poco más larga.

De esa forma, protegiendo entre roca y hielo, llegamos a la cima y con ella finalizamos la escalada.

Recuerdo que después de hacer la vía, bajamos a valle blanco y nos reunimos con nuestros amigos, que habían hecho la Cheree del triángulo de Tacul, y disfrutamos de la, posiblemente, mejor tarta de frambuesa que nunca he comido nunca. Un verdadero premio para poner la guinda a una escalada linda.

A escalar que son dos días!!!

Al lío!!!

1 comentario:

climbingpost dijo...

Que envídia!
Siempre he querido hacer esa ruta.
La primera vez que pillé el teleférico ví una cordada en la vía... qué imagen!
Por cierto, ¿sólo con botas? Vaya machacas que estais hechos.