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Los hechos son, que después de cenar y con la energía renovada tras la copiosa comida, buscamos el calido tacto de la roca con intención de bajar los alimentos y acumular un poco de sueño para arrullarlo después en el jergón. La ruta elegida, fue la “Vidal Caballero” de la Pared del Refugio, un trazado reequipado por el propio Jorge y que tiene un marcado carácter deportivo, por lo que era lo suficientemente seguro para recorrerlo a la luz del frontal a modo de entrenamiento, vivencia o locura, según sea el prisma por donde se mire.
Tres luces alternativas recorrimos los tres largos de la ruta bajo la incomprensible mirada de otras tantas lucecillas que se distribuían por la pradera cercana a la laguna y el propio refugio, preguntándose imagino, si no hay otras horas para ponerse a escalar, pero ingonardo las sensaciones que producen estos momentos, de tanta incertidumbre e intensidad, que en pocos metros, llenan el recipiente y rebosan adrenalina por todos los poros, sumiéndose en una situación de ensoñación y control.
Subimos y bajamos, disfrutamos y reímos…, poco más que invitaros a escalar esta vía, de buena factura, muy segura, poco obligada y de movimientos estéticos.
Al lío!!!
1 comentario:
!!HOMBRE!! Yo creia que era el unico loco que escalaba por la noche... yo vivo en granada, y con el calor que hace aqui, es una forma de bucar el poder escalar al fresquito de la noche. !!enhorabuena y saludos compañeros!!
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