Una de ellas es esta magnifica vía, adelantada a su tiempo, que recorre el aéreo puro del Pisón, pasear por su itinerario nos hace darnos cuanta de la capacidad de la cordada aragonesa (Rabadá-Navarro) y de la valentía que haya por los años 60 desplegaban a raudales en todas las paredes en las que trazaron su sueño y dejaron su sello (Naranjo, Tozal del Mallo, Fire….).
Por esto y por mucho más estas vías tienen un atractivo añadido, un deseo de recorrer los agarres de esta pequeña parte de la historia.
Con todos los aperos preparados y con un tiempo no muy favorable, mi compañero Alberto (koka) y yo decidimos emprender esta escalada, que aunque no es muy difícil, tiene ese punto entre lo disfrutón y lo expuesto que tanto nos gusta de Riglos.
No me gusta desvelar los secretos de las vías, contar mucho de ellas o describir de forma muy exhaustiva cada movimiento. Pero lo que si me encanta es animar a escalar buenos itinerarios y este es el caso. Ya que la vía cumple todas las expectativas que uno se pueda hacer.
Comentar que hace unos meses también hice esta vía con otra muy buena amiga, que vino a verme el día de mi cumple, un beso Esterilla y haber cuando vuelves.
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